El país que no se vende.
Por Héctor Kol - Programa Salmonicultura - AGO-Pescadores Artesanales de Aysén.
“… Cada Nación depende
Del corazón de su gente
Y un país que no se vende
Nadie lo podrá comprar…”
Prohibido Olvidar
Rubén Blades
Sólo 24 horas antes y tras alcanzar el Gobierno Socialista un “acuerdo” con la CONATRASAL para que la organización de trabajadores salmoneros (según se autodefine) entregara su apoyo a la Ley de Privatización del Mar y a cambio de una sede para la organización en Puerto Montt o Castro (cualquier similitud a un cohecho es mera coincidencia) el Senado había apoyado el “patriótico” asalto al futuro de los chilenos por amplia mayoría, para que el mar Austral quedara en manos de las empresas salmoneras noruegas, españolas y japonesas para que estas lo entregaran, finalmente, a los Bancos acreedores, entre ellos Bancos españoles y holandeses.
La decisión de la Cámara de Diputados, de rechazar el asalto cuando los servidores de la Maldición de Malinche celebraban ya otro “éxito” del tráfico de influencias que ha sostenido a una industria ambiental, social y económicamente insustentable como lo es la salmonicultura intensiva, ciertamente que fue inesperada. Para todos.
¿ Por qué sucede todo esto ?
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