Más bien podríamos llamarle AYUNO SOLIDARIO ....
quiero hacerme eco de la idea de Judith e invitar así a que en lugares como iglesias o espacios culturales la gente de inicio a Huelgas de hambre personales y colectivas, para ayudar a Patricia Troncoso (y ojalá ella pudiese dejar su empeño en nosotros, para evitar siga deteriorando su cuerpo), es una buena idea y hay que levantarla ....La mía es muy modesta, más que nada un gesto simbólico, una oración y una purificaciñón para mi propio cuerpo, para mitigar tambiéncon ello mis limitaciones, Claudio.
Me escribió Judith !!!!!
Hace algunos años, no sé exactamente cuántos, hubo una larga huelga de hambre en Bolivia a la que lentamente se le fue sumando gente y desencadenó un gran movimiento social --en un país por cierto muy distinto del nuestro--.
Pienso que eventualmente una forma factible de proteger la vida de Chepa en huelga, podría ser proponerle un relevo de su huela, que las personas que pudiesen se declararan en ayuno por determinado tiempo, una semana por ejemplo, en una iglesia quizás, y así ir haciendo como posta, en Angol o en Temuco o en Santiago, donde surja. Es una forma colectiva solidaria de apoyar, que a la vez puede ayudarla a ella a limitar sus riesgos; una forma además de colectivizar su gesto de protesta, para que sea más que un gesto, un movimiento.
Patricia, querida, la winka mapuche
Sonia, Margarita, Pablo, José y tantas y tantos
Sigo recibiendo mensajes de y sobre vdes. por diversos medios. El último, sobre la muerte de Matías Quezada.
Me saltan las lágrimas, a mi que soy tan seco.
No puedo más que recordar que hace exactamente treinta años, en esos mismos días de Año Nuevo, yo estaba también en un piquete de huelga de hambre, con un grupo de Derechos Humanos, en que tuve el lujo de compartir aquellos días únicos con gente como Domitila Chungara y Lucho Espinal. Éramos el primer grupo de apoyo al inicial, de cuatro mujeres mineras, y entramos en reemplazo de sus dieciséis hijos que con ellas estaban. Lo hicimos en serio, bajo la batuta de gente tan comprometida. Personalmente, me pesé al entrar y la salir. En 19 días había perdido 15 kilos. Y al final ganamos, y ganamos a un gobierno militar dictatorial. Fue un hito más en un largo y tortuoso proceso hacia la democracia. Pero era muy poquita cosa comparado con lo que vdes. están haciendo.
Cuéntenme cerquita de todos vdes., aunque no nos conozcamos. "Morir por un pueblo da más carta de ciudadanía que haber nacido en él", nos reflexionaba Luis Espinal después de aquella experiencia. Sentía que, el haber aceptado la posibilidad de morir, había adquirido una gran libertad. Cuando años después lo mataron, secuestrado y torturado por paramilitares, en el cajón de su escritorio encontramos un borrador inconcluso: "No queremos mártires sino constructores, así se queden vacías las horas cívicas... y si un día les toca dar la vida, lo harán con la sencillez de quien cumple una tarea más".
Lo que me resulta más incomprensible es esa terquedad, y en democracia participativa, por aplicarles una ley antiterrorista. Patricia, he leído tu carta a Michelle y me pregunto lo que tú le preguntas. ¡Que den señales!
¡Sigan peleando! Y que el Dios del Pueblo y con el Pueblo, el genuino, siga dándoles fuerza y lucidez.
Un beso y un abrazo, no muy fuerte porque tu admirable fortaleza y lucidez está ahora en un cuerpo demasiado flaquito.
Xavier Albó
Me escribió Judith !!!!!
Hace algunos años, no sé exactamente cuántos, hubo una larga huelga de hambre en Bolivia a la que lentamente se le fue sumando gente y desencadenó un gran movimiento social --en un país por cierto muy distinto del nuestro--.
Pienso que eventualmente una forma factible de proteger la vida de Chepa en huelga, podría ser proponerle un relevo de su huela, que las personas que pudiesen se declararan en ayuno por determinado tiempo, una semana por ejemplo, en una iglesia quizás, y así ir haciendo como posta, en Angol o en Temuco o en Santiago, donde surja. Es una forma colectiva solidaria de apoyar, que a la vez puede ayudarla a ella a limitar sus riesgos; una forma además de colectivizar su gesto de protesta, para que sea más que un gesto, un movimiento.
Patricia, querida, la winka mapuche
Sonia, Margarita, Pablo, José y tantas y tantos
Sigo recibiendo mensajes de y sobre vdes. por diversos medios. El último, sobre la muerte de Matías Quezada.
Me saltan las lágrimas, a mi que soy tan seco.
No puedo más que recordar que hace exactamente treinta años, en esos mismos días de Año Nuevo, yo estaba también en un piquete de huelga de hambre, con un grupo de Derechos Humanos, en que tuve el lujo de compartir aquellos días únicos con gente como Domitila Chungara y Lucho Espinal. Éramos el primer grupo de apoyo al inicial, de cuatro mujeres mineras, y entramos en reemplazo de sus dieciséis hijos que con ellas estaban. Lo hicimos en serio, bajo la batuta de gente tan comprometida. Personalmente, me pesé al entrar y la salir. En 19 días había perdido 15 kilos. Y al final ganamos, y ganamos a un gobierno militar dictatorial. Fue un hito más en un largo y tortuoso proceso hacia la democracia. Pero era muy poquita cosa comparado con lo que vdes. están haciendo.
Cuéntenme cerquita de todos vdes., aunque no nos conozcamos. "Morir por un pueblo da más carta de ciudadanía que haber nacido en él", nos reflexionaba Luis Espinal después de aquella experiencia. Sentía que, el haber aceptado la posibilidad de morir, había adquirido una gran libertad. Cuando años después lo mataron, secuestrado y torturado por paramilitares, en el cajón de su escritorio encontramos un borrador inconcluso: "No queremos mártires sino constructores, así se queden vacías las horas cívicas... y si un día les toca dar la vida, lo harán con la sencillez de quien cumple una tarea más".
Lo que me resulta más incomprensible es esa terquedad, y en democracia participativa, por aplicarles una ley antiterrorista. Patricia, he leído tu carta a Michelle y me pregunto lo que tú le preguntas. ¡Que den señales!
¡Sigan peleando! Y que el Dios del Pueblo y con el Pueblo, el genuino, siga dándoles fuerza y lucidez.
Un beso y un abrazo, no muy fuerte porque tu admirable fortaleza y lucidez está ahora en un cuerpo demasiado flaquito.
Xavier Albó
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