“Tenemos que aprender a ser generosos, dejar las trabas atrás; ser sencillamente consecuentes con nuestros principios, con nuestro ser; seguir adelante sin mirar atrás, sin mirar lo perdido; Porque más adelante, en un futuro no muy lejano, tendremos la felicidad de estar juntos, de ser uno sólo y seremos felices; seremos tan dignos de la felicidad”.
(Rafael Vergara, Carta a su familia, 1984).
Referente a la querella civil, todos ustedes saben desde siempre que nosotros no vamos a recibir nunca un peso por nuestros hijos, lo que queremos es que se haga justicia. Estamos convencidos que recibir dinero es un tapaboca, una coerción y, además, la preciosa vida de nuestros amados hijos no tiene precio. Nosotros no juzgamos a nadie que haya recibido el dinero, pero tampoco vamos a permitir que se nos juzgue a nosotros de ilusos, de puritanos, de orgullosos. Nada ni nadie nos convencerá de lo contrario. ¡Solo queremos justicia!
(Rafael Vergara, Carta a su familia, 1984).
Referente a la querella civil, todos ustedes saben desde siempre que nosotros no vamos a recibir nunca un peso por nuestros hijos, lo que queremos es que se haga justicia. Estamos convencidos que recibir dinero es un tapaboca, una coerción y, además, la preciosa vida de nuestros amados hijos no tiene precio. Nosotros no juzgamos a nadie que haya recibido el dinero, pero tampoco vamos a permitir que se nos juzgue a nosotros de ilusos, de puritanos, de orgullosos. Nada ni nadie nos convencerá de lo contrario. ¡Solo queremos justicia!
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