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Hacia un NUEVO paradigma de CIVILIDAD !!!!!

domingo, 27 de abril de 2008

Llaitul desde la cárcel

La presente entrevista fue realizada en base a un cuestionario enviado por Azkintuwe, quienes, en todo su derecho, la editaron y resumieron. Por este motivo, nos reservamos el derecho, también, de enviar el texto completo a otros medios de comunicación mapuche, en virtud de la importancia de dicho contenido para nuestros intereses como organización.

1.- EL GOBIERNO HABLA DE LA DESARTICULACIÓN DE LA C.A.M. ¿ES ASI? ¿EN QUE SE ENCUENTRA LA ORGANIZACION?Al menos en dos ocasiones, en el último tiempo, se ha hablado de la desarticulación de la Coordinadora Arauco Malleco, lo cual ha sido informado a través de la prensa de derecha y oficialista con gestos de satisfacción y regocijo de parte de las autoridades de gobierno y sectores empresariales. En la primera ocasión (2003) hubo, de hecho, una arremetida represiva-judicial en contra de la CAM, siendo detenida una veintena de militantes y simpatizantes, quienes fueron acusados bajo la figura jurídica de Asociación Ilícita Terrorista, lo cual a la larga no pudo ser comprobado. Esta segunda vez, con la detención, nuevamente de José Llanquileo, José Huenchunao y Héctor LLaitul, el gobierno planteo la desarticulación de la Coordinadora. A nosotros nos parece que se trata de declaraciones muy poco serias, en tanto, no son efectivas, ni reflejan la verdad, más bien tienen un carácter triunfalista y mediático que busca mostrar a la opinión pública que se trata sólo de un “grupo de delincuentes” que no son representativos del Pueblo Mapuche, dejando al mismo tiempo conforme a los sectores empresariales comprometidos con el despojo del Territorio Mapuche. Por nuestra parte decimos que esto no es efectivo, como tampoco es cierto que estemos aislados y sin inserción en las comunidades. El sólo hecho, de parte del Gobierno, de afirmar tan categóricamente nuestra desarticulación, sólo con la detención de algunos dirigentes, es desconocer en absoluto el significado y el carácter que tiene y que va teniendo la lucha de nuestro Pueblo, y al mismo tiempo la experiencia real que ha ido desarrollando la Coordinadora durante todos estos años. Un análisis serio de la realidad estructural que esta en juego en la confrontación entre el Pueblo Mapuche y Estado Chileno Capitalista, da cuenta de los elementos que justifican y potencian la lucha mapuche. Es de hecho un conflicto estructural, por lo que no se podrá resolver con asistencialismo y proyectos. Esto da pie a la existencia de una organización como la CAM, que hasta el momento sigue siendo una expresión real de la lucha mapuche. Al mismo tiempo la represión de las experiencias más confrontacionales sólo van generando mayores contradicciones y aprendizajes para nuestro Pueblo. Como CAM, y al calor de la lucha, hemos ido aprendiendo a sortear los nuevos y distintos desafíos que nos va deparando este proceso. Como se sabe, la CAM nace a mediados de los 90, hace ya diez años, agrupando a varias comunidades movilizadas. Posteriormente, con la intervención del Estado, tanto en los planos políticos como económicos, a través, de la cooptación de dirigentes y organizaciones mapuche, represión de las comunidades y la criminalización de sus manifestaciones de resistencia, que se tradujo en el encarcelamiento y clandestinidad de muchos de nuestros pu cona, pu lonco y pu werken, se produjo la natural escisión y formación de dos posturas. Fue la hora de las definiciones, frente a la cual algunos no quisieron arriesgar y prefirieron cómodamente optar por la negociación con el gobierno y su involucración en la institucionalidad chilena. Sin embargo, aun en la CAM se mantienen los Lonko más consecuentes y combativos, quienes le han dado calidad a la lucha de nuestro pueblo. Frente a esta situación nuestra organización supo y pudo remontarse, pese a los costos que esto involucró, pero lo más importante de esto es que en la etapa actual, podemos afirmar, que aun mantenemos intactos nuestros principios, los cuales no transamos, y reafirmamos nuestra línea política estratégica, la cual se encuentra en pleno desarrollo. Esto se expresa a nivel orgánico en importantes crecimientos cualitativos, como por ejemplo, algunas adecuaciones en la estructura y funcionamiento que nos permiten enfrentar de mejor forma la persecución política, la formación integral de nuestros militantes y la construcción de relaciones internacionalistas con otros pueblos y organizaciones en lucha, lo que nos permiten asegurar que la CAM continúa vigente y en funcionamiento. Podemos asegurar que la CAM cuenta con el ascendiente en la mayoría de las comunidades movilizadas, sobre todo en aquellas donde se ejerce Control Territorial, muchas de ellas emblemáticas, lo que nos permite seguir insistiendo en nuestros planteamientos políticos con una expresión real en todas las zonas de conflicto. Al mismo tiempo contamos con una militancia esparcida en prácticamente todo el Wallmapu, la cual, si bien se organiza en forma autónoma en sus respectivos territorios, mantenemos, en forma permanente, la coordinación necesaria para el desarrollo de una estrategia integral como vanguardia del Pueblo Nación Mapuche.
2.- LOS PLANTEAMIENTOS DE LA CAM DESTACAN LA COMUNIDADES MAPUCHE COMO BASE DE SU ACCIONAR, Y EL TERRITORIO COMO PRINCIPAL REIVINDICACIÓN. ¿QUE ROL JUEGAN EN SU PROPUESTA LOS SECTORES URBANOS, POR EJEMPLO ESTUDIANTES Y PROFESIONALES? La importancia estratégica que tiene para nosotros la lucha de las comunidades y desde las comunidades, a partir de las recuperaciones de tierra y la resistencia frente a las inversiones capitalistas, tiene que ver con que el territorio es, efectivamente, la reivindicación central de nuestros planteamientos, puesto que la reconstrucción de la Nación Mapuche es impensable sin la base territorial, es decir, sin la recuperación del territorio histórico mapuche, Wallmapuche. Frente a lo anterior podemos entonces definir el rol que nos cabe a cada mapuche dentro de éste proceso. No se trata sólo de una definición antojadiza de parte de la CAM, sino de una definición a partir de nuestra condición de mapuche y de nuestra participación en la lucha de nuestro pueblo. Desde nuestra perspectiva, los sectores mapuche urbanos deberían sumarse a este proceso de reconstrucción a través de un retorno a las comunidades. Lo contrario, sobre todo en el caso de los estudiantes y futuros profesionales, sería optar por ellos mismos, en forma individualista y transformarse en definitiva en simples “indígenas integrados” o “chilenos pequeño burgueses” al servicio del sistema winka.Junto con lo anterior, queremos señalar, que la Coordinadora tampoco ha centrado sus esfuerzos en los espacios urbanos pues creemos que estos no son los mejores espacios para escuela de militantes de la causa mapuche. Nos interesa de sobre manera la formación de estos, los cuales pretendemos que mantengan las características propias del hombre y la mujer de comunidad , la disciplina, la humildad, la constancia, la paciencia, el sacrificio, el trabajo, el temple de aquellos que se levantan antes de que salga el sol, de los que caminan y viven austeramente. Lamentablemente la ciudad y en ellas también las instituciones de educación entregan a los jóvenes desvalores como el relajo, el consumismo, el individualismo, el protagonismo (farándula), la arrogancia y la soberbia, entre otros, características que, por ejemplo, han deformado y por ende debilitado a gran parte de la militancia de izquierda chilena. Al contrario, esto nos sirve de experiencia. En este sentido, nos sentimos orgullosos de nuestros militantes, la mayoría de comunidades, pues ellos son muy sólidos y de una alta moral, cuyo esfuerzo y compromiso ha llevado a algunos de ellos a asumir la condición de WEICHAFE de la Nación Mapuche. Es por lo anterior que nuestros militantes urbanos comprenden muy bien que sólo están de paso por la ciudad y el mundo winka, y que su rol primordial es al lado de su pueblo. Sólo ocasionalmente deben cumplir tareas de presión y denuncia, en el ámbito urbano, en relación a la represión de las comunidades y la libertad de los presos políticos mapuche. Sin embargo, su que hacer fundamental se desarrolla en las comunidades. Un ejemplo actual y concreto lo encarnó nuestro peñi Matías Catrileo, quien, en muy poco tiempo, alcanzó la categoría de Weichafe. Matías creyó en la estrategia de la CAM y la asumió con consecuencia, con entrega y disciplina. Catrileo, cayó luchando en un proceso de recuperación del territorio mapuche como parte de la construcción estratégica de la Nación Mapuche.
3.- ¿QUE MODELO DE SOCIEDAD MAPUCHE ES LA QUE ASPIRA SU ORGANIZACIÓN, QUE ROL CUMPLE LA CULTURA EN ESE PROCESO DE CONSTRUCCIÓN? De partida reafirmamos aquellos planteamientos que van en concordancia con nuestra línea estratégica, es decir, de la reconstrucción del Pueblo Nación Mapuche. Cuando hablamos de reconstrucción nos referimos a todos aquellos aspectos que dicen relación con nuestra condición de mapuche, desde una visión integral, en donde se anteponga el hecho de recuperar el ser mapuche, todo aquello que nos caracterizó como un pueblo particular. Nuestra idea central es rescatar la esencia mapuche del fondo de todo este sincretismo cultural del que aún somos parte. En este sentido hemos consensuado con muchos hermanos y hermanas acerca de la necesidad y del derecho que tenemos de aspirar a reconstruir una sociedad lo más cercana posible a la que construyeron nuestros antepasados en base a la vida misma y a una cosmovisión que se expresa en los distinto estadios del Mundo Mapuche, una sociedad sana y justa, de hecho, absolutamente inversa a la sociedad capitalista. Para lo anterior, es necesario revitalizar nuestra propia conceptualización heredada de pu futa keche kuifi, mapudungun, inche mapun, mapuche. Es decir, del sentido que tiene ser hombres de la tierra y de vivir en relación a esta. A partir de la cual surgen otros conceptos vitales como el introfil mongen y el wallmapu, el rakiduam y el kimun mapuche, pero, todo esto sólo tiene sentido en un espacio territorial mapuche propio, razón por la cual son las comunidades la base de esta reconstrucción, tanto territorial como espiritual. Es sólo a partir de ellas que podremos reconstruir pu lof, pu rewe, pu ayllarewe y pu butallmapu, bases de la organización sociopolítica y territorial de nuestro Pueblo. En conclusión, defendemos nuestro legítimo derecho a vivir en coherencia con nuestro pensamiento y espiritualidad. Como organización hemos planteado que la reconstrucción de la Nación Mapuche implica la restitución de todos los elementos que nos son propios. Algunos aspectos serán recuperados a través de la confrontación con el y los estados opresores, en tanto que otros involucran una responsabilidad interna como mapuche, en forma personal y colectiva, nos referimos al proceso de descolonización ideológica del que tenemos que hacernos parte. Ambos aspectos, la recuperación del territorio y por ende nuestro derecho a la autodeterminación política, así como el fortalecimiento de la identidad mapuche se interrelacionan y retroalimentan. Nuestra propuesta de sociedad mapuche, es justamente esa, una Sociedad Mapuche, por lo que no aceptamos modelos occidentales de sociedad sea esta capitalista o socialista. Aludiendo al Amauta Fausto Reinaga: “Las naciones originarias del Abiayala fuimos capaces de construir sociedades justas, durante milenios, mucho antes de que Marx y Lenin hubiesen siquiera nacido”. La reconstrucción de la sociedad mapuche debe ser ratificada por nuestra cultura la que, por lo tanto, se presenta como una sociedad opuesta a la actual sociedad dominante, occidental-capitalista, judeo-cristiana. Un modelo de sociedad mapuche, evidentemente, y más que cualquier otra, entra en contradicción absoluta con el actual sistema económico y político. De hecho, vemos que día a día, en la vida cotidiana, nuestras comunidades están en permanente contradicción con el sistema capitalista imperante, lo que impulsa el surgimiento de los órganos de resistencia mapuche para enfrentar dicho acoso.Lo anterior descarta que estemos, proponiendo un modelo de sociedad socialista occidental. En este sentido, afirmamos que no necesitamos suscribirnos a paradigmas externos, por muy legítimos que estos sean, para otros, ya que lo nuestro es la revitalización de nuestros propios paradigmas y la reconstrucción de una sociedad propia que en la práctica fue un hecho por miles de años. Nuestros pueblos originarios ya conocieron un tipo de sociedad “socialista comunitaria”, “comunista” o “anarquista”, utilizando conceptos occidentales, por lo que se hace improcedente e innecesario ajustarnos a modelos ajenos.La propuesta de la CAM se sustenta sobre la base de una concepción ideológicamente mapuche. Por lo tanto, la cultura para nosotros es todo, de lo contrario no podríamos sostener lo demás. Hay que dejar en claro que no hemos planteado la recuperación de tierras como una reivindicación de tipo campesinista, como lo fue por ejemplo la Reforma Agraria y las luchas que se dieron en dicho contexto, ni tampoco lo hemos planteado para la explotación de la tierra desde una óptica occidental. Nuestro objetivo es ejercer el control territorial con el objeto de potenciar el quehacer político y económico autónomo de nuestras comunidades, potenciar nuestras propias formas de organización y tomas de decisiones, para la recuperación del admapu, rakiduam y kimun. Aspiramos con esto a un salto cualitativo en la conciencia mapuche, no se trata sólo de ampliar los territorios, pretendemos ampliar la visión del ser mapuche, ampliar el concepto de “hábitat” en nuestras cabezas y disminuir con esto los niveles de dominación. Solo así podremos ejercitar la verdadera autonomía y avanzar hacia la Liberación Nacional Mapuche. El ejercicio de nuestra cultura otorga otra dimensión a nuestra lucha, no queremos recuperar tierras para la explotación de la misma, para después postular a proyectos de maquinaria agrícola o para plantar pinos, para ser ricos y transformarnos en capitalistas, se trata de la recuperación de nuestra Ñuke Mapu y la descolonización ideológica y espiritual, es decir, la independencia real de la Nación Mapuche.
4.- USTEDES HAN SIDO MUY CRITICOS DEL RESTO DE LAS ORGANIZACIONES MAPUCHE, MANTIENEN HOY ALGUN NIVEL DE RELACION CON ALGUN OTRO SECTOR MAPUCHE, MAS ALLA DE LOS GRUPOS UNIVERSITARIOS? Efectivamente hemos sido y aun somos muy críticos de las organizaciones mapuche, sobre todo porque actúan en el marco de la institucionalidad opresora, validando con ello el sistema y la represión a nuestro pueblo, aunque digan lo contrario en el discurso. De hecho, la Coordinadora, nace como una respuesta concreta frente al actuar de las organizaciones mapuche de aquel tiempo, cuyos planteamientos y quehacer no estaban a la altura de lo que nuestro pueblo requería, es decir, la defensa territorial y política, frente a la arremetida de las inversiones capitalistas y con ello la pobreza extrema de muchas de nuestras comunidades. De esta forma la Coordinadora surge como una nueva expresión en el escenario socio-político mapuche con una posición antisistemica y nacionalitaria. Lo más importante de este hito es que esta propuesta nace de las propias comunidades mapuche, las que asediadas por las empresas y en concreta contradicción con los planes del sistema, sustentado tanto en el latifundio como en la “invasión forestal”, se veían ante el riesgo inminente de ser exterminadas. Hay que entender, claramente, que estas críticas se hacen en base a nuestras definiciones políticas e ideológicas, es decir, no las hacemos en forma antojadiza, las hacemos en forma seria y con altura de miras. Sin embargo, muchas veces nuestros adversarios y/o receptores de estas críticas las toman como descalificaciones personales y responden a ellas rebajando el nivel de la discusión. Por lo demás, los argumentos que anteponemos están dados por una práctica concreta y consecuente con nuestro discurso político. Es decir, las críticas no las hacemos desde una posición acomodada, al contrario las hacemos desde la lucha y el trabajo permanente, y por sobre todo soportando los costos de la persecución política que nuestras definiciones obligan. Quienes nos acusan de soberbios y sectarios es porque en el fondo no han sido capaces de hacer definiciones concretas frente al Estado Chileno y el Sistema Capitalista, y oscilan de un lado para otro. Tampoco han sido capaces de generar una propuesta concreta de liberación para nuestro pueblo, más allá de la simple crítica. Lo cierto es que la CAM, sí ha desarrollado una propuesta concreta, tanto en el discurso (y elaboración de documentos políticos) como en la práctica, es decir, confrontando al sistema y al estado opresor con una experiencia de construcción efectiva, real y esperanzadora para nuestro pueblo. El Control Territorial, ha sido un hecho, en algunas comunidades por cerca de una década. Más allá de algunos quiebres con esta línea en algunos sectores, nuestro pueblo fue capaz, por sí mismo y sin las condiciones impuestas por el Estado Chileno opresor, de recuperar tierras, derrotando a poderosos latifundistas y capitalistas forestales, abriendo una posibilidad concreta de hacernos de espacios territoriales cada vez más amplios. Por esto hemos planteado que esta es una “acción revolucionaria mapuche” puesto que hemos logrado transformar el sistema de propiedad usurpado en dichas zonas, que estaba en función del capitalismo, a espacios autónomos, bajo una lógica y concepción distinta de la vida y para la reconstrucción de la Nación Mapuche. Es por esto que reafirmamos nuestro total rechazo a aquellos “oportunistas”, que sin ningún esfuerzo están a la espera de las ganancias y posibilidades que le abre el Estado, por la presión de las comunidades en lucha. Para nosotros, ésta es una actitud deshonesta e inmoral porque no sólo se aprovechan del esfuerzo ajeno sino que además actúan bajo una lógica capitalista de explotar y vivir de los otros, algunos de los cuales tienen el descaro además de autodenominarse representantes o autoproclamarse elite mapuche. Actualmente, son varios los que están a la expectativa de las concesiones que pueda hacer el actual gobierno de la concertación a partir de la ratificación del Convenio 169 de la OIT y el reconocimiento constitucional. A nuestro juicio esto abre un nuevo debate, sin embargo, lo lamentable es que estas personas y organizaciones mapuche se ven arrastradas ante la propuesta oficial, con el mínimo esfuerzo y sin generar procesos de mayor acumulación de fuerzas para defender eventuales conquistas políticas. Aunque nosotros rechazamos estas formas de sujeción a las reivindicaciones históricas de nuestro pueblo, proponemos aprovechar el escenario político para instalar una discusión respecto de las implicancias políticas e ideológicas que están en juego con estas concesiones, poniendo como trasfondo la lucha real por el territorio y la autonomía. Por lo anterior, no mantenemos en estos momentos relaciones políticas con otras organizaciones mapuche, exceptuando algunas organizaciones mapuche autónomas de Santiago. En cambio, sí mantenemos relaciones y trabajo con comunidades, de diversos territorios, y en los sectores urbanos con estudiantes de hogares, trabajadores mapuche, y en menor medida con profesionales e intelectuales, conformando con ello, importantes redes de apoyo para las comunidades en conflicto y, sobre todo, un potente Movimiento Autónomo Mapuche, el que cumplió un rol fundamental durante la huelga de los PPM del año recién pasado.
5.- EN LOS DOCUMENTOS DE SU ORGANIZACIÓN SE DESTACA LA OPCION ANALÍTICA DE ORIGEN MARXISTA (MATERIALISMO HISTORICO). USTEDES SE DECLARAN “NACIONALISTAS Y REVOLUCIONARIOS”. ¿PODRIA PROFUNDIZAR EN ESTA DEFINICIÓN? No se trata de una opción por el marxismo, como método de interpretación de la realidad, así a secas y sin un análisis de contexto. Es decir, dicho método, o mejor dicho su utilización, queda sólo limitada a un periodo histórico que se inicia con la invasión española de nuestro territorio y posterior colonización. En ningún caso podríamos utilizar un método de análisis occidental para acercarnos a nuestra realidad profunda como pueblo ancestral. En primer lugar nosotros asumimos que a partir de dicha invasión y colonización, material e ideológica, por parte de occidente, perdemos nuestra independencia y por lo tanto nuestro destino como pueblo queda, exceptuando algunas concepciones y expresiones culturales y espirituales de fondo, en manos del mundo winka, es decir, pasamos hacer parte de su sistema. Por lo tanto, es lógico utilizar un método occidental para obtener una correcta apreciación de la realidad en la cual estamos insertos como pueblo oprimido y colonizado. Como vemos, no se trata nuevamente de una opción antojadiza, sino que hemos llegado a ella a través de simples preguntas: ¿Quién nos invadió? ¿Por qué nos invadieron? ¿Por qué Chile nos vuelve a invadir y despoja de nuestro territorio? ¿Quiénes son los que hoy día usurpan las pocas tierras que nos van quedando? Así podemos llegar a las siguientes conclusiones.
España nos invade buscando riquezas las que en Europa se transforman en la base del Capital para la Revolución Industrial, surgimiento de la burguesía y del llamado Sistema Capitalista Mundial.
Chile nos invade a fines del siglo XIX con el objeto de hacerse de territorios para plantaciones de trigo y la exportación de éste, por presión del mercado internacional. Con ello también se forman los llamados latifundios.

Hoy día son las mismas oligarquías latifundistas, las que nos invaden, a ellas se suman, en el actual contexto de la globalización de la economía, el empresariado forestal y las trasnacionales energéticas (hidroeléctricas y geotérmicas), mineras, etc. Además de aquellas que aseguran la conectividad de tales inversiones, a través, de nueva infraestructura vial y aérea.
En conclusión, podemos determinar que nuestro real invasor fue y sigue siendo el Sistema Económico Occidental Capitalista. Que pese a una larga y dura resistencia es quien en definitiva determina la existencia de nuestro pueblo como nación oprimida.
Es en este sentido que hemos utilizado al materialismo histórico como una herramienta más para nuestro análisis. Pero cuidado, jamás hemos dicho que este análisis nos sitúe como pueblo en una categoría que devenga de la lucha de clases, de partida porque no somos una clase social, ni obreros, ni campesinos, somos una NACIÓN OPRIMIDA. En este sentido recogemos también los planteamientos de la ideología indianista de Fausto Reinaga, del Indigenismo Revolucionario de José Carlos Mariategui y de la praxis del Indianismo Revolucionario de nuestros hermanos Aymaras, fundamentalmente de Felipe Quispe Huanca, El Malku, y de todas las luchas nacionalitarias indígenas del continente que han resurgido en los últimos años. Por lo tanto, nos declaramos nacionalistas por el simple hecho de que reafirmamos nuestra condición de Pueblo Nación, más allá de la situación de opresión concreta que hoy nos afecta, lo que implica, el rescate histórico de nuestro pasado como un pueblo independiente, con un desarrollo político, religioso, cultural y social, estructuradamente y concreto, es decir una Nación. La condición de Nación Mapuche, no es un artificio construido por nuestra parte, de hecho hemos confluido con varios sectores mapuche en ese sentido, pues implica la restitución histórica de nuestro pueblo. No por nada nuestros antepasados defendieron heroicamente y por tantos años su independencia como tal y se rigieron con una práctica política acorde a dicha condición. Consideramos también que nuestra condición de Nación Oprimida, a partir del hito histórico que significó la derrota político militar por parte de Chile, implica haber sido un pueblo invadido militarmente, al que se le usurpó su territorio y se le mantiene bajo dominio, lo que impide el ejercicio de todos sus derechos políticos y territoriales. Por último, queremos señalar que estamos concientes de que cuando utilizamos conceptos como vanguardia, acumulación de fuerzas o revolución, se trata de una conceptualización occidental. Pero enfatizamos que siempre hemos estado en un proceso permanente de búsqueda de definiciones ideológicas mapuche, que recoja de mejor manera nuestro pensamiento cosmovisionario, lo que en todo caso consideramos como parte de un proceso dinámico y por ende, parte de la reconstrucción como Pueblo Nación. Lo importante es entender que estos son sólo un medio y que por lo tanto lo importante es hacernos de una conceptualización y métodos de interpretación y análisis que nos permitan cumplir con nuestro objetivo: La Liberación Nacional Mapuche.
6.- QUE OPINIÓN LES MERECE LA COMPRA POR PARTE DE CONADI DEL FUNDO HACIENDA LLEU-LLEU, QUE HA BENEFICIADO A LA COMUNIDAD PASCUAL COÑA, DEL MISMO TERRITORIO, ENCABEZADA POR EL DIRIGENTE AVELINO MEÑACO. Lo primero que podemos señalar es que efectivamente aquí hubo una compra de parte de CONADI, de gran parte de la Hacienda Lleu-Lleu, pero, corregimos, esta no fue asignada a la Comunidad Pascual Coña, sino a un sector de esta (y otras personas externas) que negoció turbiamente, lo que generó división y graves problemas internos en la comunidad. Nosotros, como CAM, hemos criticado abiertamente el desenlace que tuvo este proceso de recuperación de tierras, pese a esto, aun mantenemos buenas relaciones con parte de esta comunidad, ya que a ella pertenecen legítimos e históricos militantes de la CAM. Además, debemos recordar que en la lucha por el Fundo Lleu-Lleu, participaron muchos hermanos que llegaron de distintas partes del Wallmapuche obedeciendo a la orgánica de la CAM. Algunos de nosotros, inclusive, con mayor incidencia en este proceso, fuimos quienes definimos las bases estratégicas para esta lucha. En ningún caso para obtener algún posterior beneficio, sino con el único objetivo de mostrar la valides de nuestra línea política. Por esta razón, es que nos afecta mucho ver como fue traicionado este proceso. De partida, por cuestiones morales, porque se desconoció los principios de dignidad de la lucha mapuche y políticamente, porque se lesionaron nuestros planteamientos de territorialidad y autonomía. Esto sin considerar las condiciones en las que quedaron varias familias de la comunidad quienes por rechazar tales negociaciones han sido marginados, hostigados e inclusive amenazados por denunciar esta situación. Esto sucedió porque aquí hubo intervención de personas y grupos pro-gobiernistas o sistémicos, que se valieron de la situación e influyeron en dirigentes oportunistas y/o débiles política y moralmente, para llevarlos a una negociación con el Gobierno y quebrar con esto la experiencia de territorio y autonomía impulsada por la CAM. De hecho, las negociaciones se llevaron a espaldas del sector de la comunidad adscrito a nuestra orgánica, en una clara demostración de una postura anti CAM que lo único que logró fue posicionar nuevamente al sistema y su institucionalidad, quedando establecido que fue el Estado Chileno quien le dio una salida a este conflicto territorial. Lo anterior sucedió, justamente, en un periodo en que muchos de nosotros nos encontrábamos perseguidos y en clandestinidad, dando lugar a los oportunistas que llegaron de distintos lados a asesorar dicha negociación. Lamentablemente, no pudimos estar presentes para evitar este desenlace. Finalmente, optamos por no confrontar en terreno la situación para no vernos involucrados en la división de la Comunidad. Aún así nos hacemos la autocrítica por nuestras incapacidades. Además de lo anterior, todo esto ocurrió dentro de un contexto mayor pues, en ese periodo, pasamos a ser objeto de fuertes descalificaciones de parte de algunos dirigentes y organizaciones de apoyo urbanas, como por ejemplo, la Meli Witran Mapu. Descalificaciones a las cuales no podíamos responder dada nuestra difícil situación. Estos grupos, divisionistas, como nosotros los hemos definido, tuvieron una importante presencia durante dicho periodo. Relaciones que hasta hoy se mantienen entre la Meli Wixran Mapu y la familia Meñaco Santi, principal gestora de dichas negociaciones. Concluimos que con el objeto de limpiar su imagen y evitar el aislamiento, del que pueden ser objeto, continúan levantando banderas por la causa mapuche, apoyados, principalmente, por la Meli Wixran Mapu, pero, además, intentando generar otras relaciones políticas, más amplias, con instancias que desconocen los hechos, en tanto, que jamás han estado involucradas en la lucha mapuche, en todos estos años, como lo son algunas organizaciones políticas y sociales de la izquierda chilena. Desvirtuando con esto la autonomía ideológica del movimiento mapuche cuestión, respecto de la cual, la CAM ha sido siempre muy rigurosa y categórica. Lo central, para nosotros, es que con la gran acumulación de fuerzas que se logró en su momento con la lucha de la Comunidad Pascual Coña, era esperable otra proyección que fuera ejemplo de lucha para las otras comunidades mapuche de la zona. Desde el punto de vista de nuestros planteamientos estratégicos esto significó un gran retroceso, puesto que, ya no se puede hablar de recuperación territorial ya que es, finalmente, el Estado opresor quien interviene y condiciona dicha entrega. Menos aun, podemos hablar de autonomía, cuando con ello se posicionó al Estado y su forma de concebir la salida a las demandas y al conflicto mapuche. Después de haber derrotado a uno de los usurpadores más emblemáticos, como lo era el empresario Osvaldo Carvajal, creemos que había condiciones para otra realidad. La conquista de ese fundo y su ocupación efectiva tenía inmensas proyecciones para la reconstrucción territorial y política en la zona. Esperamos, entonces, que surjan nuevas fuerzas que se replanteen este error. Respecto de Avelino Meñaco, es en parte responsable de esta situación, como dirigente de dicha comunidad y figura pública (werken) del proceso de recuperación de dicho fundo. Sin embargo, como hemos dicho, ahí también hay otros responsables, los que debieran dar la cara, tanto frente a los comuneros marginados de la Pascual Coña, como frente al movimiento mapuche autónomo. Algunos de estos responsables actuaron como instigadores, otros por afirmación y/u omisión, puesto que su sola presencia en dicho lugar validó dicha negociación. Como decíamos, a nosotros nos parece paradójico que estos mismos dirigentes continúen pregonando el discurso del territorio y la autonomía mapuche, cuando en la práctica han hecho todo lo contrario.
8.- A SU JUICIO, ¿VE POSIBLE UN CAMBIO EN LA RELACION DEL ESTADO CHILENO Y EL PUEBLO MAPUCHE A MEDIANO O LARGO PLAZO? Actualmente dicha relación esta dada por la contradicción entre el Estado Capitalista Chileno y el Pueblo Nación Mapuche, lo que constituye una realidad estructural, es decir, el Proceso de Inversión y Avance Capitalista versus la Reconstrucción y Liberación Nacional Mapuche. Lo que tenemos que recalcar es que en esta confrontación el Gobierno Chileno no es un ente neutral, sino lo contrario, es el auspiciador y defensor del empresariado nacional y trasnacional que invade nuestro territorio. Por lo tanto, no podemos esperar nada de él. De hecho los Estados Nacionales, como formación política de las naciones, surgen con el Capitalismo y para el Capitalismo. Bajo una concepción totalitaria, excluyente y discriminatoria, sobre todo en el caso de los pueblos originarios para los cuales implicó e implica, dominación y opresión. Por lo tanto, si en esta confrontación no hay de nuestra parte avances sustantivos en materia territorial y política y dejamos que se imponga el sistema de dominación, nos enfrentamos a la probabilidad cierta de la desaparición física e ideológica de nuestras comunidades y de nuestro Pueblo. Para solucionar esta contradicción, nuestra propuesta es avanzar en la resistencia y reconstrucción de nuestro pueblo, rompiendo con las estructura de dominación. Sin embargo, frente a esta realidad, también se pueden dar otras variables, la de la búsqueda de soluciones parciales, reformistas y dentro del sistema, que involucre espacios de participación en los marcos de la institucionalidad, recursos económicos y planes de desarrollo, como ha sido la tónica hasta el momento de los acuerdos alcanzados entre el gobierno y la mayor parte de las organizaciones mapuche y “representantes” políticos. Desde nuestro punto de vista la relación con el Estado Chileno, lejos de mejorar, sufrirá una más honda crisis, considerando que el único objetivo, de este, es profundizar el modelo económico y con ello, el aumento de las inversiones capitalistas en el Wallmapu, por lo tanto, de nuestra parte habrá resistencia y confrontación en la perspectiva de un proceso mayor de lucha, nacionalitaria y revolucionaria.
9.- QUE OPINIÓN LES MERECE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA MAPUCHE DENTRO DE LOS MARCOS INSTITUCIONALES DEL ESTADO Participar políticamente en los marcos de la institucionalidad, no nos parece procedente, sobre todo porque con esto se da legitimidad a la institucionalidad opresora y además se termina convertidos en entes funcionales al sistema. Políticamente, tampoco es conveniente, dada la realidad actual, pues estamos como Pueblo en evidente desventaja estratégica frente al poder político del Estado Chileno. Las organizaciones mapuche que siguen este camino, en resumidas cuentas, terminan siendo funcionales a las políticas integracionistas y de asimilación del estado de dominación. Sin embargo, estas justifican su accionar señalando que las cosas se pueden cambiar desde dentro del sistema y su institucionalidad. En este sentido, si bien, es probable obtener ciertos logros relativos, lo más probable es que a la larga el único que se fortalezca sea el estado de dominación. Porque es obvio, el poder dominante jamás entregará concesiones gratuitamente y menos aun permitirá un Wallmapu independiente y libre. Menos dentro de un sistema capitalista cada vez más globalizado y dominado por el Imperialismo Norteamericano. De hecho así lo plantea, por ejemplo, un informe de seguridad del Pentágono de EEUU: “No podemos permitir espacios independientes o autónomos en ninguna parte del territorio mundial, pues esto atenta contra nuestra seguridad.” En este sentido no podemos negar la realidad de que el poder que se ejerce en Chile esta absolutamente subordinado a las políticas del imperialismo. Por lo tanto creemos que aquellos dirigentes que entran en este juego, lo hacen, muchos de ellos, concientemente, es decir a sabiendas que con ello no lograrán nada para su Pueblo, pero sí gozaran de estatus y de un buen pasar económico. Nosotros pensamos que esta contradicción se irá agudizando por lo que nuestros esfuerzos irán en generar una correlación de fuerzas a favor de nuestro Pueblo y de posicionar la idea de la Liberación Nacional Mapuche, por lo cual este proceso no debería estancarse con este tipo de “voladores de luces”, al contrario dicho proceso debe ser independiente y lo más alejado posible de este tipo de intereses ajenos a la causa mapuche. Durante todos estos años se hace evidente que la participación mapuche dentro de la institucionalidad chilena lejos de permitir avances efectivos para nuestro Pueblo, ha generado desmovilización en muchas de las comunidades mapuche y con ello han permitido el avance del empresariado en nuestro territorio. Como por ejemplo, caminos pavimentados para el ingreso de los camiones forestales, programas interculturales que aumentan la integración y la asimilación a la cultura dominante, son los grandes logros de estos dirigentes. Otros proyectos además han incorporado la lógica occidental capitalista, proyectos que parecen muy inocentes pero que en el fondo traen consigo, lo más peligroso de todo, la dominación ideológica y la transformación de los valores mapuche por los valores de la sociedad capitalista. Un ejemplo claro son los camping en el Lago Lleu-Lleu, el que ha pasado a ser una fuente más de recursos económicos dejando de ser, para muchos, un espacio sagrado protegido por su gnen. Esto tiene por objetivo suplir la falta de recursos económicos, evitando con ello el trabajo esforzado en la poca tierra que se tiene pero frenando a la vez los procesos de recuperación de tierras. Con ello se pretende transformar a nuestros peñi y lamnien en un ser sedentario, comerciante y consumista. Aun así, esperamos revertir este proceso, que sólo nos llevara a nuestra destrucción como Pueblo, y creemos que las comunidades así lo están entendiendo. En lo sustantivo, los hechos demuestran que durante los gobiernos de la Concertación y pese a la participación política de algunos mapuche dentro de su institucionalidad, alcaldes, consejeros, concejales, directores de CONADI, etc. se ha incrementado año a año la inversión capitalista en el Wallmapu., la cual ha sido sólo frenada por las comunidades en conflicto y sus órganos de resistencia.Es por esto que reafirmamos que el único camino posible, el KUÑE RUPE, es la profundización de la experiencia antisistémica y rebelde. La construcción nuestra, propia y autónoma de un proceso que de paso a una estrategia de Liberación Nacional. Por esto, llamamos a nuestros hermanos y hermanas a reforzar y ejercer, en la teoría y en la práctica, nuestra condición de Nación Mapuche.
¡¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLITICOS MAPUCHE!!¡¡DESMILITARIZACION DEL WALLMAPU!!¡¡WEUWAIÑ!!
Héctor LLaitul CarrillancaDirigente y Vocero de la Coordinadora Arauco MallecoPreso Político MapucheCárcel de Angol, Marzo 2008

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