DE CANGREJOS, ÁRBOLES Y LA T DE COBRE
Por Manuel Guerrero AntequeraDistintas organizaciones, movimientos sociales y espacios de reflexión ypropuesta, han salido a las calles en días recientes ante el trascendido queel Tribunal Constitucional habría acogido el requerimiento de parlamentariosde derecha contra el decreto supremo dictado por la ministra de salud queinstruye a los consultorios a repartir la píldora del día después. Si bienel 22 de abril se conocerá el fallo, se ha indicado que éste afectará alconjunto de métodos anticonceptivos utilizados en Chile -todos aquellosbasados en el uso del levonorgestrel y los Dispositivos Intra Uterinos-, loque implicaría un grave retroceso a nivel de salud pública y libertad dedecisión ciudadana, pues por mandato inapelable de un grupo de nuevepersonas se impondría, para el conjunto de la sociedad, el fin de las normasde regulación de la fertilidad conquistadas hace 40 años.Resulta impresionante el efecto devastador que tendrá esta política queeufemísticamente ha sido autodenominada por laderecha como "pro-vida".
Especialistas de la Facultad de Medicina han sostenido que estamos ad portas a una catástrofe en salud pública como no seha visto antes en ningún país delmundo, que tendrá impactos en muertes, dolor, sufrimiento y gran daño a lafamilia, porque por cada nacimiento adicional a los actuales morirán más dedos embriones o fetos a causa de abortos clandestinos, y se podríanhasta quintuplicar las muertes de mujeres a causa de complicaciones deabortos. Se trata claramente de una política pro-muerte masiva.¿Cómo es posible que en una sociedad, que gusta llamarse a sí misma "en víasde desarrollo" y no tercer mundista, exista una institucionalidad quepermita que un grupo minoritario adopte decisiones no consultadasdemocráticamente con consecuencias sociales masivas tan nefastas? Una eliteque tiene acceso a la toma de decisiones, que admira los beneficios de laglobalización en cuanto al acceso a nuevas tecnologías de información y a lalibre circulación de mercancías y capitales, que sevanagloria de ser impulsora de una de las economías más desarrolladas ymodernas de la región, en forma indolente aplica para las mayorías códigospropios de la Inquisición, que ni siquiera concita el apoyo de su credo.
Llama la atención esta aporía bestial entre modernización económica yultraconservadurismo valórico malinformado yprejuicioso.Porque las razones que se esgrimen de parte de los impulsoresde esta medida van en contra de toda evidencia científica. Estudios hanconfirmado repetidamente que el levonorgestrel, y en ella la moléculaprogestagénica que contienen el 100% de losanticonceptivos hormonales orales que entrega el Ministerio de Salud, y el40% de las píldoras que se compran en farmacias, no es abortiva, en tantofunciona en base a inhibir la ovulación.Esta elite minoritaria está por lograr una de las medidas másdiscriminatorias de los últimos tiempos: las mujeres jóvenes y adultas queno pueden acceder a los servicios privados, serán expuestas a embarazos nodeseados, los que por lo común tienen graves consecuencias para su salud yla de sus hijos e hijas, su autonomía y desarrollo futuro. El Centro deEstudios de la Mujer ha enfatizado que esta resolución pretende tapar el solcon un dedo, ya que el 67,4% de las mujeres ha tenido relaciones sexualesantes de los 19 años, según la segunda encuesta sobre calidad de vida ysalud del Ministerio de Salud, y que la mortalidad materna por aborto siguesiendo un importante problema de salud pública.La elite derechista ultraconservadora y malinformada está lelvando al país,adicionalmente, a una división de clases de efectos insospechados. en elquintil de mayores ingresos, ha señalado el Centro de Estudios de la Mujer,sólo se embaraza el 2,7% de mujeres menores de 19 años, mientras en losquintiles más pobres este porcentaje se incrementallegando al 20,6% de las adolescentes.
Y son estas las mujeres que hasta eldía de hoy pueden acceder a métodos anticonceptivos en los consultoriospúblicos, permitiendo la planificación familiar, una de las claves de laspolíticas públicas de superación del círculo de hierro de la pobreza y lafalta de oportunidades. Con la medida del Tribunal Constitucional ladivisión de clases se acrecienta a cuanto a posibilidad de decidir y deacceso material a bienes y servicios que el sector particular difícilmenteperderá.¿Porqué el código moral de una minoría tendría que ser la norma para elconjunto de la sociedad? Ello no es sostenible en el tiempo. Bien podráahora estegrupo usufructuar del enclave autoritario que es el Tribunal Constitucionalque legó Pinochet. Pero afortunadamente son muchos los códigos morales queconvivenen nuestro territorio. Las iglesias, sinagogas, mezquitas, y diferentestipos de cultopueden tener autoridad para sus creyentes y seguidores, desde el derecho allibre ejecicio de la religión. Pero no pueden pretender buscar autoridad confuerza de ley para quienes no son sus adeptos. Sí pueden participar en laformaciónde una opinión pública en la que entreguen con la fuerza de la razón y lapasión sus argumentos, para conquistar democráticamente mayorías y para quecada hombre o mujer pueda formarse un juicio moral y actuar en consecuencia.Pero en una sociedad pluralista, como ha de ser la nuestra por convivirdistintos códigos morales con igualdad de derechos, la ciudadanía no puedepermitir que se utilice la institucionalidad para imponer un código moralparticular por sobre todos los demás.Este fallo del Tribunal Constitucional no solo atenta contra la integridadfísica de miles de mujeres y niños, sino también contra la posibilidad de lademocracia. Con él queda en evidencia lo urgente que resultallamar a una Asamblea Constituyente, que genere una nueva Carta Fundamental,en la que estén resguardados los Derechos Humanos y el bien público comocolumna vertebral de nuestra existencia en sociedad.
Para que ningún grupoparticular tome decisiones que afectan al conjunto de la sociedad a nombrede todos sin consultar al soberano, el pueblo, a través de procedimientosdemocráticos e informados.Mientras ello no se concrete, seguiremos como el cangrejo, caminando paraatrás empujados por grupos que se quedaron en el medioevo, hasta llegar, congrandes autopistas y televisores con norma digital, de regreso a la época delas cavernas. Hace falta mayor alerta y fuerza ciudadana para lanzarnos aotro futuro posible que no sea el pasado dictatorial. Árboles firmes, conraíces libertarias y democráticas, como a los que cantaba el poeta NicolásGuillén: "Cierto que éste es un pueblo manso todavía/ No obstante, cualquierdía / alza de un golpe la cerviz; / rompe por doquier con sus calludas manos/ y hace como esos árboles urbanos / que arrancan toda una acera con unasola raíz".Arranquemos una vez por todas la raíz constitucional dictatorial que amenazala vida, y sembremos en su lugar otro árbol, más frondoso, pluralista,democrático, al que podamos arrimarnos todos y todas, sin exclusión.
http://manuelguerrero.blogspot.com
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