"Dios quiera que no sea culpable", dijo a la prensa el director de Caritas Chile, monseñor Alfonso Baeza, al preguntarle sobre Juan Aliste Vega, presunto miembro de la banda que asaltó el 18 de octubre una sucursal del Banco Security que terminó en un tiroteo y el carabinero Luis Moyano asesinado.
Monseñor Baeza conoce desde hace años a la familia Aliste Vega, "los padres son personas ejemplares". Fue a través de ellos que conoció al hijo, Juan, que estaba en ese tiempo preso en la cárcel de Buin. Los padres pidieron a monseñor Baeza que intercediera en el conflicto que tenía su hijo con el jefe de la Unidad de Buin porque el trato que recibía era de preso común y Juan Aliste exigía la categoría de preso político. "Él estaba en condiciones de recibir beneficios carcelarios y yo le ayudé. Era mi misión".
Crítico con las condiciones de los presos en Chile, el religioso recordó que más del 50% de los presos vuelve a reincidir y él lo atribuye al estigma que los marca para siempre y que les impide volver a ser parte de la sociedad. Monseñor Baeza, que fue asesor del Movimiento Obrero de Acción Católica y fue nombrado vicario de la Pastoral Obrera en 1977, afirma que ninguno de los cuatro lautaristas y presuntos implicados obtuvo el indulto, sino beneficios carcelarios tras 10 años de estar recluidos.
"Fue un acto de misericordia y para eso siempre vamos a estar disponibles", explicó monseñor Baeza al referirse al su intervención en la puesta en libertad de Aliste.
El otro presunto asaltante que conoció es Marcelo Villarroel, el único que seguía preso cuando se aplicó la ley de indulto de 2004 pactada en el Congreso. "La Corte de Apelaciones le otorgó la libertad condicional. Ni él ni los otros tres está en libertad por esa ley de indulto". Los cuatro ex miembros del grupo subversivo Lautaro implicados en el asalto son además de Aliste y Villarroel, Freddy Fuentevilla Saa y Carlos Gutiérrez Quiduleo, buscados por la policía en la zona de Valparaíso y la Araucanía respectivamente.
El religioso insiste en que aun no está probada la participación de Juan Aliste en el asalto y el asesinato del cabo Moyano, "hay que tener mucho cuidado con las culpabilidades. Y si fuese culpable, me parece horrible que la gente vuelva a caer. Ojalá no fueran, pero eso lo dirá la justicia".
Monseñor Baeza conoce desde hace años a la familia Aliste Vega, "los padres son personas ejemplares". Fue a través de ellos que conoció al hijo, Juan, que estaba en ese tiempo preso en la cárcel de Buin. Los padres pidieron a monseñor Baeza que intercediera en el conflicto que tenía su hijo con el jefe de la Unidad de Buin porque el trato que recibía era de preso común y Juan Aliste exigía la categoría de preso político. "Él estaba en condiciones de recibir beneficios carcelarios y yo le ayudé. Era mi misión".
Crítico con las condiciones de los presos en Chile, el religioso recordó que más del 50% de los presos vuelve a reincidir y él lo atribuye al estigma que los marca para siempre y que les impide volver a ser parte de la sociedad. Monseñor Baeza, que fue asesor del Movimiento Obrero de Acción Católica y fue nombrado vicario de la Pastoral Obrera en 1977, afirma que ninguno de los cuatro lautaristas y presuntos implicados obtuvo el indulto, sino beneficios carcelarios tras 10 años de estar recluidos.
"Fue un acto de misericordia y para eso siempre vamos a estar disponibles", explicó monseñor Baeza al referirse al su intervención en la puesta en libertad de Aliste.
El otro presunto asaltante que conoció es Marcelo Villarroel, el único que seguía preso cuando se aplicó la ley de indulto de 2004 pactada en el Congreso. "La Corte de Apelaciones le otorgó la libertad condicional. Ni él ni los otros tres está en libertad por esa ley de indulto". Los cuatro ex miembros del grupo subversivo Lautaro implicados en el asalto son además de Aliste y Villarroel, Freddy Fuentevilla Saa y Carlos Gutiérrez Quiduleo, buscados por la policía en la zona de Valparaíso y la Araucanía respectivamente.
El religioso insiste en que aun no está probada la participación de Juan Aliste en el asalto y el asesinato del cabo Moyano, "hay que tener mucho cuidado con las culpabilidades. Y si fuese culpable, me parece horrible que la gente vuelva a caer. Ojalá no fueran, pero eso lo dirá la justicia".
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