¡Defensa (NO ACCIDENTAL) de un Anarquista!
(Autor: Claudio Escobar Cáceres)
Un anarquista muere tras caer por una ventana, cuando está siendo interrogado por la policía de Milán. En la obra -donde el Novel Darío Fo levanta al drama un suceso real acaecido en la Italia de los años 60- la policía argumenta que la muerte fue “accidental”. La obra se titula sarcástica: “Muerte accidental de un anarquista”.
Una misteriosa alquimia se entremezcla cuando en una revista del Mercurio, de temas colindantes con la farándula, presenta el “retrato de un anarquista adolescente”. La pluma del artículo advierte enfáticamente: “tras su figura desgarbada y descreída se esconde un fenómeno que crece en muchos jóvenes”. Un fantasma recorre Chile ....
En el artículo, contrastando la impronta de Jorge Lizama (sindicado de quebrar el parabrisas de la Chevesich y anteriormente de arrojar una molotov a la Moneda) con el jardín de rosas de su casa; realzando la falta de entendimiento y la perplejidad de su padre; recordando la precariedad de sus calificaciones estudiantiles; hablando misteriosamente de su “rabia ciega que crece en el silencio”; citando apellidos demoníacos como Bakunin, Proudhon y Chomsky, el artículo –de esos que se auto tildan de buscar lo profundo- convoca al desconcierto, al reproche, al no entendimiento.
La ausencia de levantamiento teórico, menos alguna tesis que intente dar cuenta de estos “sucesos crecientes”, te llevan al punto de convicción de que los periodistas chilenos no pasan de asociar ANARQUISMO con CAOS y al abanico de sensibilidades personales o colectivas al interior de estos grupos anti sistémicos, única y exclusivamente con hostilidad (irracional) a lo establecido. Periodismo escolarizante, editores sujetos al dictámen de los poderosos.
Nadie habla de la cátedra cotidiana del sistema: de la corrupción generalizada y escondida en Chile, esa que no se nota en las calificaciones de probidad internacional; pocos reclaman de los parlamentarios ausentes cuando se deciden cuestiones relevantes; nadie recuerda de la brecha entre ricos y empobrecidos; nadie nombra las dietas parlamentarias auto exigidas; no se reconoce la criminalización del movimiento Mapuche; se justifica la mordedura en Ralco; Bachelet no reconoce su palabra traicionada en Pascua Lama; se acalla la afrenta a los deudores habitacionales, la indignidad de las casas COPEVA; todos olvidan la farsa institucional de juzgar a Pinochet en Chile; nadie sabe que los directores de la CNI de la democracia han sido “socialistas”, más cuando ahora no hay un Movimiento Contra la Tortura para denunciar esta práctica en los nuevos tiempos de “la alegría”.
Niños terribles como Harboe (fustigado por el Colegio de Antropólogos por el vejatorio trato a los Mapuche), siguen extrañándose de que existan “rebeliones juveniles en contra de toda autoridad”. Es simple, los jóvenes NO CREEN en la comunidad que les estamos legando y muchos de ellos se hacen anarquistas, sobretodo cuando las acusaciones que se levantan SON MONTAJES para mostrar el “imperio del estado de derecho”. La derecha exige, el gobierno responde acatando.
L@s anarquistas son mis amig@s: conozco un anarquista que liberó los animales de una tienda de mascotas en Viña del Mar; conozco a otra que hace hambuguesas vegetarianas y las vendía en su universidad para financiarse, hasta que el rector (católico) prohibió estos comercios clandestinos; sé de un aprendiz de anarquista que recoge basura algunos días de la semana mientras viaja de su casa al trabajo; he trabajado con unos anarquistas que levantan preuniversitarios populares gratuitos, como una manera de torcer los fatales designios del mercado; conozco a tantos anarquistas que se me hace super real el grito: Alerta, Alerta, Alerta fascista! - ¡Que todo el territorio de vuelve anarquista!
Me imagino a mis dos hijos cantando a Viglietti “porque sabe que lo nuevo se conquista, anarquista”. Sé que mis hijos serán lo que quieran ser, pero reconozco abiertamente que preferiría mil veces tener hijos e hijas anarquistas, que sumisos integrantes del rebaño, y espero que la dignidad nunca me sea esquiva, para empoderarme en mi vejez y marchar tras ellos .....
Puede ser que nuestro anarquista caiga desde una ventana, empujado por la sociedad chilena inquisidora. Lo sarcástico sería que tras el risible recurso de lo “accidental”, se esconda la estúpida opción de los que dicen no entender las razones de las subversiones .....
He defendido (NO ACCIDENTALMENTE) a un joven anarquista, porque más allá de sentirme con el derecho de autodefinirme como anarquista, al menos dejo .... que mis sueños .... decididamente lo sean.
Mientras tanto, los anarquistas –aún anatemizados- sonríen su esperanza:
¡ Todos juegan a la pelota, nadie al arco, MOVIMIENTO ANARKO !
L@s anarquistas EXISTEN:
¡ VIVAN L@S ANARQUISTAS !
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