Querella por violencia sexual en dictadura

Presentan la primera querella por violencia sexual contra detenidas en dictadura

Escrito Por Paula Correa

martes, 07 de diciembre de 2010

Una vez reabierta la Comisión sobre Prisión Política y Tortura ha recibido miles de testimonios de detenidos desaparecidos, ejecutados y víctimas de prisión política. Junto con esto comienzan a hacerse públicas distintas forma de violencia de género, lo que quedó de manifiesto en la presentación de la primera querella por violencia sexual como tortura sufrida por mujeres en dictadura. La acción fue interpuesta por Paulina Maturana, abogada de la Corporación Humanas, en representación de la militante socialista Patricia Herrera. Para la abogada, esta querella criminal es un hito en materia de justicia y derechos de las mujeres, ya que es la primera vez que el Estado se ve obligado a investigar judicialmente la violencia sexual ejercida por los organismos represores, un tema que, según la abogada, “ha estado invisibilizado hasta ahora y fue la forma en que las mujeres fueron torturadas en la dictadura”. La violencia sexual fue una práctica generalizada y sistemática que, entre 1973 y 1990 afectó a mujeres de diferentes edades y condición social, como represalia por sus ideas políticas o las de sus familiares o parejas. Sin embargo, ellas también sufrieron otras formas de tortura al igual que los varones. Testigo de esto es Patricia Herrera. Estudiante de ingeniería comercial en la Universidad Católica, fue detenida la noche del 27 de junio de 1974 a los 19 años. “Fui secuestrada, fui metida en un vehículo, de ahí nos llevaron a la Plaza de la Constitución, donde estuvimos muchos días, allí fui reiterada y permanentemente violada y agredida sexualmente. De ahí nos llevaron a Londres 38, Cuatro Álamos y de ahí pasamos a Tres Álamos. Fui expulsada del país por veinte años. Mi vida está dedicada a la denuncia, a que nunca más suceda, y ni perdón ni olvido nunca”, relató. Patricia recuerda con dolor la primera noche de detención, en la cual no pudo evitar ser violada por los guardias en presencia de sus compañeros y su novio, afirmando que fue “el peor día de su vida”. Después de casi un año de horror, Patricia Herrera fue liberada y exiliada, reconstruyendo su vida en Paris y Cuba, hasta que volvió a Chile el año 91, momento desde el que se decidió denunciar la situación y romper el silencio que mantienen tantas mujeres por vergüenza, pudor o miedo a enfrentar el pasado. “Mi vida es el compromiso de la verdad, de la denuncia permanente. Mientras yo viva voy a ser un símbolo viviente de las que no están, de las que hoy no pueden expresarse porque es difícil reconocer un tema tan íntimo, como un tema sexual, muchas de las mujeres fueron violadas, fueron agredidas sexualmente, pero reconocer eso es un dolor insostenible”, dijo. Esta es la primera de una serie de querellas que serán presentadas en los próximos meses por la Corporación Humanas, y que buscan visibilizar la existencia de esta forma de trato inhumano y degradante, totalmente condenado por el Derecho Internacional. Un gesto que busca que las mujeres chilenas torturadas por violencia sexual en dictadura puedan ser reconocidas en la apertura de la Comisión Valech y tengan derecho a la reparación, además de contar con mínimas garantías de “nunca más” por parte del Estado.