Santiago, Marzo 12, 2010
Pare, digueu-me què, li han fet al riu, que ja no canta.
(J.M.Serrat)
Sebastián Piñera Echeñique
Presidente de la República de ChilePresente,
Señor Presidente:
Quien suscribe esta carta y esta acción, se enmarca en la gesta mundial, levantada por activistas ambientales en los entornos del 14 de Marzo, para proclamar la voluntad planetaria en pos de frenar los avances devastadores –sociales y ambientales- de las represas.
Alzo mi voz para exigir la deconstrucción de proyectos como los de HidroAisén (Colbún asociado a Endesa) y Energía Austral (Xstrata-Cooper) que intentan en suma levantar, 8 mega represas de embalse en la Patagonia, que significarían asestar graves golpes a los ecosistemas de la zona, a las comunidades y su particular estilo de vida.
Debo ser honesto para reconocer una real sensación de ambigüedad en sus propuestas ambientales y la sospecha de un gobierno aferrado a perspectivas neoliberales que podrían significar acendrar la devastación en Chile y la vulneración y el debilitamiento de la ya frágil institucionalidad ambiental.
No sólo exijo frenar las represas en la Patagonia sino también: 1) reformas a la política energética; 2) una real Estrategia Nacional de Cuencas; 3) reformas al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y por sobre todo; 4) el fomento de las Energías Renovables No Convencionales y del uso de Eficiencia Energética.
Un punto de alta sensibilidad es el reconocimiento de la voz de las comunidades que en sus territorios locales –algunos de los cuales corresponden al Wallmapu- enfrentan la presión de proyectos de menor envergadura (centrales de pasada) en nombre del desarrollo nacional, cuando en verdad representan proyectos de enriquecimiento privado que vulneran la voluntad soberana de la gente y su derecho a vivir en un medio ambiente sano.
En esta, que podría ser probablemente, la primera protesta en su gobierno, declaro mi voluntad férrea para por medio de movimientos sociales hacer frente a cualquier modo de injusticia hacia las comunidades nacionales y no le quepa duda que –en el caso concreto de la Patagonia- acrecentaremos una lucha -en lo posible épica- para detener la injusticia social y ambiental.
Somos testarudos – NO tenemos precio!
Claudio P.B. Escobar Cáceres.
C.I. 9.161.560-6, Santiago, Chile.
Ingeniero Civil Industrial Eléctrico – Universidad Católica de Chile.
Profesor de Estado en Matemáticas – Universidad Alberto Hurtado.
Patagonia SIN Represas – Patagonia Reserva de Vida
CHILE SIN Represas !!!!
14 de marzo: Día Mundial de Acción Contra las Represas.
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1. INFORMACIÓN SOBRE EL CASO DEL FALLECIMIENTO DEL RECLUSO UBANO ORLANDO ZAPATA TAMAYO
La grosera manipulación mediática con fines políticos que se ha hecho de la muerte del recluso cubano Orlando Zapata Tamayo es tan hipócrita y sesgada, que asquea. Los que con tanta energía condenan al gobierno cubano, no lo hacen contra los torturadores y asesinos de Guantánamo, Abu Ghraib, Bagram y las cárceles secretas, los genocidas de Irak y Afganistán, los que bloquean a Cuba desde hace 50 años y han ejercido el terrorismo de estado contra nuestro país durante décadas, causando la muerte y heridas a más de 5 mil cubanos.
Sobre este lamentable suceso, el Presidente cubano Raúl Castro Ruz declaró a la prensa, el pasado 24 de febrero, lo siguiente:
“Lo lamentamos mucho. Fue condenado a tres años, pero en la cárcel cometió delitos, se le incrementó la sanción. Luego, se le llevó a nuestros mejores hospitales. Murió, lo lamentamos mucho.
Desgraciadamente, en esta confrontación que tenemos con los Estados Unidos, hemos perdido miles de cubanos, sobre todo víctimas del terrorismo de Estado. Entre muertos y discapacitados, han sido alrededor de 5 mil, sin contar otros miles de heridos que llegaron a restablecerse, incluyendo diplomáticos que fueron también asesinados en el extranjero e incluyendo desaparecidos en otros países.”
A lo anterior es importante añadir que el Sr. Zapata no era un preso de “conciencia”. No estaba en prisión porque pensara diferente o se opusiera pacíficamente al sistema político cubano, sino porque cometió múltiples delitos tipificados en el Código Penal cubano, entre ellos el de colaborar con una potencia extranjera que promueve activamente la desestabilización de nuestro país con el objetivo declarado de lograr el derrocamiento del gobierno y que, entre otras cosas, califica injustamente a nuestro país como “un estado patrocinador del terrorismo”. Eso, en cualquier nación del mundo, constituye un grave delito que se castiga severamente.
La muerte de un preso es algo muy raro en Cuba, (..) ilegalmente ocupado en Guantánamo por una base naval estadounidense.
En Cuba nunca nadie ha muerto en una manifestación y jamás la policía cubana ha reprimido al pueblo con armas, cascos, escudos, carros de agua y perros, como es frecuente en otros países considerados democráticos.
Orlando Zapata nunca fue golpeado ni maltratado. Falleció a consecuencia de una prolongada huelga de hambre que emprendió estimulado por sus correligionarios.
Se le brindó toda la atención médica posible, con los medios más avanzados, sin escatimar recursos, y no se le cobró un centavo por ello a su familia, pues, como es conocido, los servicios de salud en Cuba son de alto nivel y se prestan gratuitamente a todos los ciudadanos cubanos, incluyendo a los reclusos y los mercenarios.
Lamentablemente Orlando Zapata murió por una causa profundamente injusta. Él escogió aliarse a los enemigos de su Patria. Se puso al servicio de un imperio extranjero que agrede y bloquea a su país, causando incontables sufrimientos a su pueblo. Y fue usado por sus empleadores, que lo incitaron a sacrificar su vida con el deliberado propósito de convertirlo en su primer “mártir”. Son ellos, y no el gobierno de Cuba, los responsables de su lamentable muerte.
Incitarlo a la autodestrucción con ese pérfido propósito fue, además de criminal, inútil, porque el pueblo cubano considera héroes y mártires a los cientos de miles de sus mejores hijos que sacrificaron su vida por conquistar la libertad de la Patria a lo largo de siglos de lucha y por defenderla, una vez conquistada, del imperio que la amenaza, y no a quienes como Zapata, decidieron ponerse al servicio de este.
Para nuestro pueblo son héroes, (...) Embajada de Cuba
Ciudad de México, 2 de marzo de 2010
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