El tallador
Decidí empezar a saludarle cada mañana, desde el día en que cruzamos una sonrisa … me dije, esta es la esencia de lo humano, la bondad para enfrentarse a otro(a) …. Yo si tenía claro en lo personal, la inmensa reverencia a un aseador municipal, esos que desde temprano recorren predios comunales, hermoseando, recogiendo, rengando el verde de una ciudad que se cuida poco. Lo he saludado además porque –de tanto en tanto- premunido de bolsas plásticas viajo a mi trabajo recogiendo basura por las mañanas, un hábito antiguo que me pone en contacto con las chamizas y todo el verde que queda en los ecosistemas humanos ….
Hoy día me hizo un gesto, se acercó y me dijo que tenía que hablar conmigo.
- Me dijo: no sé si Ud. se acuerda de mi !
- Nos conocimos en le metro Macul, para la navidad pasada. Yo soy escultor, tallador, Ud. estaba muy contento con mis estatuas, me compró unas pequeñas. Ud. me felicitó!
- Sí le respondí, recuerdo haberle señalado la prodigiosa sensibilidad de su trabajo, hecho en maderas sencillas, apenas –como decía Ud.- con un cuchillo cartonero.
Sergio Campos trabaja haciendo aseo municipal en un pequeño parque antes de avenida Las Torres. Un día soñó que Dios (yo digo que la Diosa) le entregaba un talento (y él nunca había escuchado esta palabra que al otro día debió investigar). Cuando despertó, no supo como comenzó a tallar, a esculpir, ha buscar las grietas exactas en la madera.
La empresa por la que hace aseo municipal se ha rendido ante las magníficas imágenes que descubre en las maderas y le proporciona tiempos para que desarrolle su arte. Ha recibido también la ayuda de las instituciones estatales que protegen el arte y el reconocimiento de las gentes que admiran la gracia, el toque, la impronta particular de sus creaciones.
Esta es la historia inconclusa y desconocida de un creador, inspirado en sueños, que los días domingos por la mañana, afina sus trabajo en la misma plaza que limpia cada semana ….
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