Música recomiendo: Drexler Al otro lado del río (primero apagar música de fondo, baja un poco)


Hacia un NUEVO paradigma de CIVILIDAD !!!!!

lunes, 30 de abril de 2007

VIVIR por la LECTURA

(Historia oral)
VIVIR por la LECTURA ó cuando LEER ES VIAJAR POR EL UNIVERSO
(Nota de campo: Claudio Escobar Cáceres)

Diga Ud., ¿en qué lugar de Peñalolén se venden libros, descontando los hiper
espacios –mal abastecidos- de la globalización?

Extiende con prolijidad las cuerdas y sitúa con necesaria delicadeza coloridos libros, sobretodo aquellos que piden en el colegio. La gente se apila, pregunta, pide resúmenes, le encarga títulos que él apunta en un viejo cuaderno, para traerlos mañana .....

Roberto Enrique Galáz vende libros a las puertas del metro Las Torres, en Vespucio con avenida Las Torres, comuna de Peñalolén. Vende a pesar de que no tiene permiso.

Nació en 1939 y tras pasar muchos años –dolorosos- como analfabeto, recibió de ciertos espacios de promoción social la posibilidad de aprender a leer; luego continuó en programas de educación de adultos, tras lo cual –en la década de los 70- comenzó a leer lo que pillaba, eso sí, privilegiando temas de orden social, hechos de vida, bibliografías y literatura histórica, quizás arrastrado por los vientos utópicos que soplaban por aquellos días .....

No sólo se transformó en un gran lector sino en un gran coleccionador de libros: miles de libros han llenado sus estantes y hoy a su haber cuenta tener más de 1700 textos principalmente de literatura, más los libros escolares que deben llegar a los 500 ejemplares. Yo lo conocí un día que –tras mirar las propagandas ambientales que cubren la entrada de mi casa- golpeó mi puerta para ofrecerme un buen libro .... prestado. ¿Quién visita a un extraño para OFRECERLE -PRESTADO- un libro?

Por los años 90, bajo la óptica del buen vecino, extendió su biblioteca a la comunidad bajo la modalidad de préstamo. Cobraba nunca más de 50 o 100 pesos por arriendo, pero estos se extendían demasiado y los libros a veces no volvían o llegaban malogrados. Inventó la “venta con derecho a devolución”: los vendía provisoriamente y luego devolvía un 75 % del importe pagado, a cambio de que le regresaran el libro. Ahora derechamente, vende libros –para paliar las bajas presupuestarias de sus precarios trabajos- pero a precios bien módicos (Yo le compré un estupendo ejemplar de Borges, a sólo “una luca” y sus libros nunca superan precios más allá de los 2.500 pesos).

Gusta de Dostoiewski, Coloane, Rojas y Rivera Letelier –literatura que él califica colindando a lo social, cuestión coherente con la vida y las opciones de quien fuera exonerado político- pero no ha dejado de leer a Borges, Hesse y a tantas y tantos otros privilegiados en la pluma.

Se surte en San Diego, en la Plaza Egaña, en el 14 de Vespucio y muchas veces cambia dos o más libros por otros que piden a los jóvenes en el colegio, esos que son buscados por los padres afanosamente en el mercado. Su preocupación actual es poder conseguir una visitadora social, para agilizar los trámites del permiso, porque hasta ahora funciona amparado por una cierta benevolencia de la autoridad, lo cual puede ser un bastante azaroso y de variación climática.

Don Enrique, ¿qué hay detrás de todo este empeño?, porque yo siento que más allá del lucro, Ud. pone mucho de su alma en este oficio .... “Lo que yo quiero es que a la gente le dé por leer. Que aproveche su tiempo, que escape de la farándula, que VIAJE POR EL MUNDO, que se culturice, que recobre hábitos. Leer ayuda a evitar vicios como la televisión, amplía el conocimiento y abre a la posibilidad de dialogar con otros que saben más” y eso se nota porque Don Enrique es un gran conversador, disfruta de la palabra y muestra respetuoso su amplia cultura .... Siempre está dispuesto a conversar .... Para él, LEER es VIAJAR ....

Hacemos unas fotos: yo le pido que pose y lo hace con una equilibrada mezcla de humildad y orgullo. Su temple es caballeroso. Le digo que muestre los libros con la mano, que los indique. El no supo que yo intentaba la disposición de su mano al estilo del “Dios que da la vida” en la obra de Miguel Ángel .... Don Enrique no lo hace como yo quisiera, pero es increíble como esta metáfora habla de un ser humano potente, fundante de su propia cultura, que es construido por los libros, así como también él da vida, cada día, a los amados libros .....

No hay comentarios: