Como en los viejos tiempos era viernes en la tarde e iba camino de la Filmoteca, consumía películas como un vampiro consume vidas ajenas, como una yonqui sensaciones al límite, e iba medio flotando, fantaseando con la sorpresa…es extraño pero últimamente ya no siento que me faltas, me divierto terriblemente sola, hasta el punto de obligarme a salir y compartir con el resto mi atrevida felicidad. Sabes? Hace poco me contaron una historia curiosa…era de un niña que quería alcanzar el horizonte, y todos los veranos alquilaba un hidropedal con su padre y juntos, intentaban tocar la línea que dividía el cielo de la tierra, hasta que les sobrevenía el agotamiento y regresaban…el padre nunca se atrevió a decirle la verdad, pero ella con el tiempo, interiorizó la enseñanza…a veces, creo q como esa niña, cada día salgo a buscar la Utopía por los rincones de mi ciudad, y ocasionalmente, me deja atraparla con mi objetivo en un flash. Hoy me sobrevienen recuerdos de colegiala: la mirada ilusionada, la certeza de nacer para descubrir misterios, las confidencias de mis amigas en los baños, la diversión de los recreos, el sudor de los vestuarios, el despertar de mi sexualidad…casi puedo oler esos paisajes de la infancia. Y regreso a la realidad con un deseo en el vientre, hoy me volveré a regalar una horchata, me hizo feliz la noticia de la posible maternidad de Pepa. Yo, seguiré con mi terapia: duelo y renacimiento, seducción y mensajes contradictorios, estoy leyendo un libro sobre Psicoerotismo Femenino que me tiene atrapada, reconozco que me erotiza salvajemente experimentar cada día mis límites. Uhhhh, después de la peli, autoplacer y porrito de buenas noches…otra noche loca, nena!!!
(relato y Foto de Esther Rubio López, España)
No hay comentarios:
Publicar un comentario